La decoración minimalista nunca pasa de moda. Es por ello que una de las principales críticas que recibe el minimalismo como estilo de decoración es que es poco cálido, que no da la sensación de estar en un hogar. Sin embargo, la utilización de materiales naturales como la madera, añadir texturas de color en una habitación, el uso de plantas e incluso el uso adecuado de la luz, pueden convertir un espacio minimalista en un hogar cálido y entrañable.

1. Elige colores que funcionen con el mobiliario
2. Piensa en la luz natural de la habitación
3. Empareja colores con los detalles decorativos de la habitación
4. Pide pequeñas muestras y prueba los colores en los lugares clave

Una de las características más importantes a la hora de decantarse por un estilo rústico, es la utilización mayoritaria del color blanco o de colores claros, los cuales aportan más sensación de amplitud y reflejan mejor la luz natural.

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El gris triunfa y encaja con todos los estilos, ya sea en habitaciones industriales con paredes de ladrillo o en ambientes románticos con grandes piezas de madera. Si te gusta el estilo nórdico, la combinación de blancos y grises es la aliada perfecta para decorar tu casa. ¡Además, multiplica la luminosidad y aporta serenidad.